Desde que Figo dejó el Madrid en 2005, el dorsal 10 blanco parece haber caído en manos de una extraña maldición que impide triunfar a todo el que lo luce. El portugués fue el último en brillar con él a la espalda. Tras su adiós, nadie ha conseguido triunfar en el Santiago Bernabéu con dicho número.
El reto de acabar con la maldición del 10 cayó a principios de temporada en Özil. Antes, ni Robinho, ni Sneijder, ni Lass habían conseguido volver a dar lustre a un dorsal mítico en el mundo del fútbol. Siete años lleva maldito el número en el Madrid. Özil, tras deslumbrar en su primer año de blanco, parecía el indicado para acabar con los viejos fantasmas pero no lo logro,
ahora es turno de James Rodrigues quien hara lo posible con terminar con la maldicion madrileña.
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